Los hornos de microondas son dispositivos seguros siempre que se utilicen correctamente. Por ello, es fundamental dedicar tiempo a leer el manual de instrucciones, donde encontrará las precauciones necesarias y los procedimientos de uso recomendados.
Uso de recipientes adecuados:
Es importante utilizar contenedores fabricados con materiales aptos para microondas. Evite usar recipientes metálicos o papel de aluminio, ya que estos materiales reflejan las microondas, lo que provoca un calentamiento desigual de los alimentos y puede dañar el horno. Asimismo, ciertos plásticos no son seguros porque el calor puede derretirlos. Asegúrese siempre de verificar la etiqueta de los recipientes para confirmar que son aptos para microondas.
Precaución con el agua sobrecalentada:
El sobrecalentamiento del agua ocurre cuando se calienta más allá del punto de ebullición sin signos visibles de ebullición. Esto puede ser peligroso, ya que al añadir ingredientes como café instantáneo o azúcar, el agua podría erupcionar repentinamente. Para minimizar este riesgo, añada siempre algún ingrediente antes de calentar el agua.
Inspección para evitar fugas:
El riesgo de fugas de radiación en los hornos de microondas es extremadamente bajo si las bisagras, los cierres y los sellos de la puerta están en buen estado. Se recomienda inspeccionar periódicamente el horno para asegurarse de que estos componentes no estén dañados.